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La evolución de los sistemas de rociadores: de lo básico a lo inteligente

  • Foto del escritor: Grupo AMJ
    Grupo AMJ
  • 23 abr
  • 2 Min. de lectura

Sabías que los sistemas de rociadores, tan importantes para la seguridad contra incendios, existen desde hace más de 150 años? ¡Así es! Desde los modelos más simples del pasado hasta los sistemas inteligentes actuales, esta tecnología ha pasado por una verdadera revolución —y sigue evolucionando.

Todo comenzó en 1872, cuando el ingeniero estadounidense Henry S. Parmelee desarrolló y patentó el primer rociador automático. La idea era sencilla, pero ya bastante funcional para la época: una válvula liberaba agua automáticamente cuando el calor del fuego alcanzaba cierto nivel, rompiendo un dispositivo de fusión. Aun sin sensores modernos, el sistema representaba un gran avance en la protección contra incendios. A lo largo del siglo XX, especialmente en las décadas de 1920 y 1950, los rociadores comenzaron a ganar espacio en entornos industriales, donde el riesgo de incendio era mayor. Uno de los hitos de esta etapa fue la creación del cabezal ajustable por John J. McDonald, en 1953, que aportó mayor flexibilidad en la instalación y mejor desempeño del sistema.


Con el tiempo, la tecnología no hizo más que mejorar. Entre los años 80 y 90, los rociadores comenzaron a integrarse con sensores de humo, detectores térmicos e incluso cámaras, haciendo que la respuesta ante el fuego fuera mucho más rápida y eficiente. Esto permitió su uso en una variedad más amplia de entornos, desde centros comerciales hasta edificios residenciales. Y en los últimos años, las palabras clave han sido: inteligencia y sostenibilidad. Los nuevos sistemas de rociadores están cada vez más conectados, formando parte de la automatización de edificios y del Internet de las Cosas (IoT). No solo detectan el fuego con mayor precisión, sino que también ajustan el flujo de agua según la intensidad de las llamas, ayudando a evitar el desperdicio. Además, los materiales utilizados en estos sistemas también han evolucionado: hoy son más duraderos, ecológicos y resistentes a la corrosión.


Toda esta evolución demuestra cómo la tecnología es una gran aliada de la seguridad. Lo que antes era un mecanismo de protección sencillo, hoy es parte de un sistema completo, inteligente y adaptable, diseñado para salvar vidas, proteger patrimonios y preservar recursos.


En el Grupo AMJ, seguimos de cerca cada innovación del sector y aplicamos soluciones que combinan eficiencia, responsabilidad y tecnología de punta. Porque cuando se trata de seguridad contra incendios, la preparación marca la diferencia.

 
 
 

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